Cambiar tu vida requiere tomar decisiones. Decisiones valientes y apasionantes que pueden dar un poco de vértigo. Si no las tomas, estarás reprimiendo la posibilidad de encontrarte a ti mismo y conseguir desarrollar la profesión con la que siempre has soñado.
Nuestros alumnos llegan a Escuela Madrileña de Decoración buscando una transformación profesional y personal. Además de querer dedicarse al diseño de interiores, quieren crecer y descubrir que son capaces de alcanzar todo lo que se propongan.
Los protagonistas de este vídeo son Ángela, Cristina, Anna, Laura, Mónica, Iris y Fernando. Siete personas que hablan de los miedos, la frustración y el orgullo de haberse atrevido a tomar la decisión más importante de sus vidas: buscar su felicidad transformando su pasión en su profesión.
Para Anna Simon, lo importante era poder encontrar su sitio y demostrarse a sí misma que era capaz de muchísimas cosas. Tras formarse como interiorista en nuestra Escuela, ahora está embarcada en proyectos como el rediseño de un establecimiento hotelero en Madrid.
Algo muy parecido le pasaba a Iris Piñal, a quien estudiar el Máster en Decoración e Interiorismo + 3D le generó incluso mucha más confianza en ella misma. Antes se dedicaba al negocio familiar y ahora ha creado su propio estudio junto a otra compañera.

Mónica Fernández también sintió vértigo por el cambio tan radical que iba a experimentar. Ahora puede asegurar que gracias a eso encontró su verdadera pasión y se refiere a los interioristas como “magos de las emociones”, por el poder transformador de su trabajo.
Ese vértigo es algo familiar entre nuestros alumnos. También lo experimentó Ángela Pastor, que decidió poner fin a su contrato en una importante empresa y luchar por dedicarse a algo que la motivase de verdad. Al igual que otros de nuestros alumnos y alumnas, ha creado su propio estudio de interiorismo.
Fernando Luzuriaga logró volver a creer en él. Aunque su edad era un hándicap para él, se lanzó a dejar atrás la gestión administrativa para convertirse en interiorista. Y no le ha ido nada mal, pues tiene muchísimos proyectos entre manos: tres pisos, la recepción y zonas comunes de un hotel en Asturias…
El mismo hándicap experimentó Cristina Hidalgo. Hasta que un día nos descubrió y sintió que tenía que dar el paso. “Ahora es mi momento”. La decoración siempre le ha gustado y, aunque en algunas ocasiones estuvo a punto de tirar la toalla durante la formación, sus ganas pudieron con todo.

Y a Laura Tebar, su juventud y la pandemia la impulsaron a tomar un camino diferente tras sus años de formación en el mundo de los eventos. Dedicándose al interiorismo y la decoración siente que su creatividad se ha multiplicado.
Ellos pasaron por nuestras aulas y consiguieron alcanzar su sueño. Y tú, ¿cuándo vas a hacer realidad el tuyo?