¿Te gustan los espacios abiertos y con un toque industrial? Lo tuyo es el estilo loft

Luz, luz a raudales que inunda toda tu vivienda produciendo diferentes contrastes que crean ambientes diferentes. Pero esos diferentes ambientes forman una única estancia, amplia, desenvuelta, aireada y acogedora. La ausencia de paredes es la principal característica del estilo loft, de modo que las zonas comunes están conectadas y el uso de otros elementos alternativos a modo de separación como las estanterías, los biombos o las telas para favorecer una mayor propagación de la luz por todo el piso. Así, la libertad de movimiento que propone su distribución abierta y de uso compartido son la clave de este estilo decorativo. En ocasiones podemos encontrar dos plantas, de modo que queda separado el dormitorio del área principal, con el salón y la cocina.

Una única habitación, diferentes ambientes, la luz como elemento protagonista.

El estilo loft surge casi por casualidad o, más bien, por necesidad. Y es que, como casi siempre, el dinero manda. Por eso, estudiantes y artistas del Nueva York de la segunda mitad del pasado siglo, cuando buscaban viviendas económicas, comenzaron a usar fábricas y almacenes desocupados, de forma que podían vivir y trabajar bajo un mismo techo. Nacían así los loft, estilo que hoy representa modernidad y vanguardismo.

Pero esto no impide que cada loft sea diferente, file reflejo de su propietario, donde diferentes estilos pueden confluir para crear zonas definidas, aunque el minimalismo suele imperar pues el espacio es un elemento decorativo en sí mismo. Puesto que la luz es un elemento muy importante es este estilo, los colores elegidos sueles ser claros y fríos, como los azules o los grises. Diversos elementos propios de la construcción, como madera, ladrillo visto o tuberías se usan como parte integrante de la decoración, pues recordemos que los loft parten de naves industriales y almacenes.

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Amplios ventanales, techos elevados, ausencia de paredes… elementos propios de zonas industriales actúan como punto de partida que marcan las claves de este estilo, consiguiendo que la luz natural potencie la sensación de amplitud. Estilo frío en sus inicios, ha sabido evolucionar a ambientes acogedores, sosegados, orientados a la contemplación, al descanso y a la vida familiar.